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El hombre invisible

Actualizado: 11 may

Es impresionante el poder de la mente y del cerebro en particular por muchas razones. Una de ellas es que cuando está enfocado en algo eso crece, se repite, está a la vista. Mientras que lo menos interesante casi que se vuelve imperceptible, no existe, es invisible. Como humanos que somos, a todos nos pasa, aunque no seamos conscientes de eso.


Muchas veces de niños nos preguntábamos entre unos a otros cual sería nuestro deseo si este pudiera cumplirse. Muchos, entre esos yo, siempre pensaba en que ser invisible sería genial, pues podría ver mujeres cambiarse o desnudas sin que me descubrieran. También pensaba que sería genial robar bancos sin ser visto. En fin, ser invisible me permitía saltarme algunas reglas para cumplir algunos deseos.




A medida que pasó el tiempo el deseo por robar bancos disminuyó mientras que el otro no tanto. A esos deseos puedo añadir otros más como poder dormirme en alguna clase aburrida o escaparme del colegio. En fin, soñar no cuesta nada pero a veces algunas cosas pueden convertirse en realidad aunque no de la manera que uno se lo espera.


Después de batallar por la vida en tantos proyectos, emprendimientos y países. Finalmente llegué a EE.UU. ya casi finalizando la pandemia del Covid-19. Por lo cual me tocó vacunarme en contra de mi voluntad, sino no me dejaban viajar. Y durante el viaje nunca me pidieron el comprobante de vacuna. Que rabia! Todo alrededor del Covid-19 me pareció una estafa. Para mi, es una de las estrategias de coordinación de medios masivos de comunicación a partir del AP (Associated Press) para infundir miedo y lograr coerción en la población, es decir, que hagan lo que bajo circunstancias normales no harían.


Entonces llegué a EE.UU. vacunado y lleno de ilusiones. Venía a la conquista del sueño americano. Empecé como voluntario en un hotel en el que trabajaba un par de horas en la mañana a cambio de una cama para dormir y comida básica. Allí estuve por 6 meses mientras hacía trabajos en otros lugares en el tiempo que tenía disponible. Trabajé en una lavandería de hotel, lavando y doblando toallas y sábanas. Afortunadamente no se planchaba. Allí duré 2 meses. La Gerente del hotel muy mediocre y acomodada a lo que más le convenía.


Después, conseguí un mucho mejor trabajo en un Restaurante, el mejor Restaurante de la ciudad. Allí como encargado de mantenimiento, entre eso estaba la limpieza de pisos internos y externos, orden de ciertas áreas, arreglos varios, y disposición de basuras. Me pagaban bien para mis expectativas y además propiciaron que experimentara ser un hombre invisible.


Haciendo este trabajo y en estas condiciones muchas personas no me veían. Increíblemente, veían a través mío. Es decir, me hablaban directamente a mí, pero en realidad se dirigían a la persona que venía detrás mío, más delgada y flaca que yo. Pero si, la veían a ella y a mi no. Muchas veces me alegré por un saludo que no era para mi. Cuando eso pasa muchas veces empiezas a ser consciente que eres invisible para muchos. No es fácil asimilarlo y no me quejo. Analizándolo, para mi, muchas otras personas han sido invisibles en el pasado. Si no me pasa esto, no caigo en cuenta de detalles de comportamiento humano que pueden hacer una gran diferencia.


Hoy por hoy, después de haber trabajado por más de 2 años en este Restaurante creo que yo no soy invisible, sobretodo porque recientemente me promocionaron a una posición gerencia a tiempo parcial. Aprendí mucho, y en carne propia mis circunstancias me hicieron invisible para muchos. Así es el cerebro humano y de eso he aprendido. Al supermercado que voy, veo un vigilante "invisible", trato de saludarlo y que se de cuenta que lo veo. Se que ese detalle puede hacer la diferencia en el día de esta persona.


Por supuesto haber cumplido mi sueño de ser invisible no me gustó para nada. Dios escribe recto en líneas torcidas. Sobretodo, cuando se trata de personas y más aún niños, todos tenemos dignidad y merecemos ser vistos y, debemos estar atentos a quién estamos haciendo invisible. Nuestro cerebro puede ser nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo, no dejemos que disminuya una persona a la invisibilidad.


 
 
 

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